¿Qué se entiende por Paz Total?.
La Política de Paz Total, establecida mediante la Ley 2272 de 2022, es un esfuerzo del gobierno colombiano por generar un marco de diálogo y acuerdos con diversos actores armados ilegales. Este enfoque busca el desescalamiento de la violencia mediante acuerdos de cese al fuego, gestos humanitarios, e inversiones sociales en zonas afectadas. En Nariño, la Paz Total incluye además el fortalecimiento de las comunidades étnicas y rurales, quienes han sido las principales víctimas del conflicto en la región. La meta es construir una paz duradera que integre a todos los sectores y permita una transformación territorial para que la paz se asiente de manera sostenible y efectiva.
Los Actores Armados en el Territorio.
Uno de los temas centrales de la Asamblea fue la presencia de actores armados que afectan gravemente la seguridad y calidad de vida de las comunidades. Entre estos grupos están:
– Las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), que operan en numerosos municipios a nivel nacional.
– El Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC, que tienen presencia significativa en municipios de Nariño.
– Organizaciones de crimen organizado, cuya actividad impacta especialmente a Tumaco y sus alrededores.
Estas organizaciones armadas crean zonas de dominio y conflicto donde la violencia hacia la población civil se normaliza, con infracciones al Derecho Internacional Humanitario que incluyen la extorsión, el desplazamiento forzado, y restricciones de movilidad en áreas rurales. Este entorno de violencia y amenaza constante afecta la estabilidad de las comunidades, haciéndolas más vulnerables y complicando el proceso de paz.
Avances en los Procesos de Negociación.
Durante el espacio, se destacaron los avances alcanzados en la Paz Total en Nariño con el gobierno nacional y el Frente Comuneros del Sur, gracias al trabajo conjunto de actores locales y organismos internacionales, como la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la OEA (MAPP-OEA). Estos avances incluyen:
– Ceses al fuego y la implementación de mecanismos de monitoreo, que permitan disminuir los enfrentamientos armados en áreas críticas.
– Gestos humanitarios, como la liberación de personas retenidas y el fomento de la inversión social en zonas de conflicto.
Los esfuerzos se han concentrado en municipios como Barbacoas, Ricaurte, Samaniego, y Santacruz, donde se busca reducir progresivamente las violencias e implementar transformaciones en las economías locales. Sin embargo, los participantes de la Asamblea señalaron que aún existen retos significativos para asegurar que estas medidas impacten positivamente y de forma duradera en las comunidades.
Retos y Preocupaciones de las Comunidades.
Los participantes en la Asamblea identificaron múltiples desafíos que enfrentan las comunidades en este contexto, los cuales incluyen:
1. Fortalecimiento de la seguridad comunitaria: Los habitantes expresan una fuerte preocupación por la falta de protección frente a las amenazas de los grupos armados, que imponen cobros de extorsión y afectan los modos de vida en el territorio.
2. Apoyo a víctimas y comunidades desplazadas: Garantizar el retorno seguro de quienes han sido desplazados y proporcionar atención adecuada a las víctimas, especialmente a menores de edad, es una prioridad urgente.
3. Sostenibilidad de los proyectos de paz: Para que la Paz Total sea realmente efectiva, los líderes locales enfatizan la importancia de contar con recursos de largo plazo que permitan fortalecer las autoridades locales y las estructuras de apoyo comunitario.
La 34ª Asamblea Diocesana resaltó la importancia de construir una paz territorial que considere las voces y necesidades de las comunidades afectadas. Los asistentes coincidieron en que el éxito de la Paz Total en Nariño dependerá en gran medida de que se aborden los desafíos de seguridad, justicia social y desarrollo sostenible. Además, se enfatizó la relevancia de fortalecer el tejido social y las estructuras comunitarias para enfrentar los retos de convivencia y reconciliación en una región históricamente golpeada por el conflicto armado.
Esta Asamblea no solo fue un espacio de análisis, sino también una oportunidad para reafirmar el compromiso de la Diócesis de Tumaco y sus comunidades en la construcción de una paz inclusiva que beneficie a las generaciones presentes y futuras.
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