Con el Miércoles de Ceniza la Iglesia comienza el tiempo litúrgico de la Cuaresma, y con este signo reconocemos que el hombre es nada sin el auxilio de Dios. Por ello, aún más en estos trágicos hechos para la humanidad, debemos buscar el encuentro con Dios Misericordia y fuente paz.
El Papa Francisco en su mensaje para esta Cuaresma, reflexiona sobre estas prácticas cristianas de la oración y el ayuno: «No nos cansemos de hacer el bien».
Recuerda el Pontífice que “Jesús nos ha enseñado que es necesario «orar siempre sin desanimarse» (Lc 18,1). Necesitamos orar porque necesitamos a Dios. Pensar que nos bastamos a nosotros mismos es una ilusión peligrosa”.
Y sobre la práctica del ayuno corporal, exhorta “no nos cansemos de extirpar el mal de nuestra vida”, fortaleciendo así el espíritu para luchar contra el pecado.
Asimismo, como fruto de la oración y el ayuno por la paz en Ucrania, se convierte en gesto de caridad por el hermano que sufre. “Pongamos en práctica el llamado a hacer el bien a todos, tomándonos tiempo para amar a los más pequeños e indefensos, a los abandonados y despreciados, a quienes son discriminados y marginados”, dice el Papa Francisco.
Hagamos de la oración y el ayuno las armas que podrán vencer el pecado, e imploremos a Dios por la paz en el mundo, el fin de la guerra en Ucrania y en las otras naciones que viven la tragedia de la violencia armada.
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